Viaja como siempre soñaste y goza tu jubilación

¿Qué haré para sentirme pleno después de jubilarme? ¿Cómo usaré todo ese tiempo libre? Son algunas de las preguntas que nos hacemos cuando se acerca el momento del retiro pues el trabajo, que es la actividad a la que dedicamos más horas durante el día, ya no estará ahí.

Vale la pena tomar en cuenta diversos estudios que señalan que quienes ocupan su horario con tres o cuatro actividades regulares y cuidan sus relaciones e interacciones sociales, tienden a tener jubilaciones más felices. Además, es el mejor momento para realizar sueños aplazados y disfrutar.

He aquí algunas ideas para comenzar a imaginar y planificar nuestra jubilación:

• Realizar un trabajo de tiempo parcial. Esta actividad aporta un ingreso extra que nos permitirá realizar algunos sueños aplazados o mejorar nuestras condiciones de vida durante el retiro. Si es un trabajo libre de estrés, será una fuente de satisfacción por sí mismo.  

• Ejercitarse. Mantener el cuerpo y la mente activos es esencial para estar saludables. Si nunca fuiste asiduo a los gimnasios, es importante buscar la forma de mantener el cuerpo flexible y fuerte. Los rompecabezas, la lectura, la resolución de problemas y las conversaciones intelectuales mantienen la mente fresca.

• Involucrarse en un voluntariado. Muchas personas en esta etapa descubren su capacidad para hacer una diferencia en su entorno. Después de todo, la experiencia acumulada tiene mucho que aportar. ¿Por qué no contactar alguna organización que trabaje por algo en lo que crees?

• Viajar. Nada como una travesía para mantenerse saludable y feliz. Los viajes nos mantienen activos físicamente y nuestra mente funcionará a su mayor capacidad al interactuar con situaciones y lugares nuevos.  

Por otra parte, no hay mejor ocasión para generar nuevas relaciones de amistad que un viaje. Hay estudios que muestran cómo la interacción social es un elemento clave para mantenernos mentalmente sanos, pues en una conversación requerimos ejercitar la memoria, además de llevar a cabo actividades complejas como imaginar lo que la otra persona está pensando y seleccionar la manera más adecuada de comunicarnos.

Por otra parte, los viajes suelen ser una gran fuente de alegría: nos sacan de la rutina y nos imprimen deseos de vivir. En el pasado, los médicos los aconsejaban como cura para la tristeza y la melancolía; las grandes novelas del siglo XIX así lo atestiguan.

Jubilarse puede ser la gran oportunidad para realizar nuestro viaje soñado: la libertad que tendrás para hacerlo en temporadas bajas te permitirá encontrar precios accesibles. Viajar ya no es un sueño inalcanzable.   

¿Qué esperas para gozar tu jubilación?  

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