En las plataformas digitales abundan los artículos y videos de superación personal en los que un “gurú” del mundo empresarial promete a quienes lo escuchan que se volverán tremendamente ricos si deciden montar un negocio propio. La verdad es que aunque es cierto que se puede alcanzar un alto grado de libertad financiera y de prosperidad económica a través de la apertura de una compañía, la generación de riqueza y él éxito de un negocio no es algo que se logre de la noche a la mañana.
Con frecuencia es posible hallar a emprendedores que dedican jornadas extenuantes a sus propios negocios y que, a pesar de ello, no han logrado alcanzar la seguridad y prosperidad financiera con la que soñaron a la hora de abandonar sus empleos de tiempo completo. Pareciera que ellos trabajan para sus negocios y no al revés. Un negocio exitoso es aquel que funciona solo, es decir sin que su dueño tenga que resolver cada tarea.
Hay que ser brutalmente sinceros a la hora de abordar el primer mito sobre la apertura de una pequeña empresa: tener una buena idea no basta para crear un negocio exitoso. Aunque la innovación es de suma importancia al interior de la dinámica vertiginosa del mundo actual, tener una idea brillante no es suficiente si se carece de disciplina y energía, que son fundamentales a la hora de afrontar las dificultades y obstáculos.
El segundo mito dice que cualquier persona puede ser empresario. Lo cierto es que esto tiene parte de verdad. Algunos piensan que sólo quienes desde pequeños soñaban con abrir negocios tienen las cualidades necesarias para fundar una empresa. No hay que olvidar que muchas veces el conocimiento adquirido a través de los años y de las experiencias otorga a cualquier persona la capacidad de abrir un negocio. El talento, aunque sea innato, no basta para montar un negocio, sino que la experiencia aporta elementos útiles al momento de emprender un proyecto.
Con frecuencia se piensa que una persona es un mal emprendedor si falla en su primer negocio. La realidad es que muchas de las grandes figuras del mundo científico y del entretenimiento, como Edison, J.K Rowling y George Lucas, escucharon muchos “no” antes de recibir el “sí” que los consagró como grandes innovadores. En el mundo empresarial, el miedo y el desaliento son dos de los grandes enemigos a vencer.
Por último, otro gran mito que aparece en la mente de quien está pensando montar un negocio es que es fundamental contar con una enorme cifra de capital para invertir. Lo cierto es que algunas de las grandes empresas, como Google, empezaron siendo negocio pequeños. Hay que saber manejar el poco capital del que se dispone para hacerlo crecer.
La clave a la hora de emprender un negocio es tener paciencia. No se puede esperar que un negocio pequeño se convierta en una multinacional que cotice en la bolsa de Nueva York dos semanas después de haber sido abierta. Los emprendedores deben saber que montar un negocio toma tiempo y esfuerzo.
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