Tiempo libre y negocio propio

A veces puede parecer que la vida laboral está tomada de una cruel escena de una película distópica en la que el protagonista de cara triste no hace más que usar un viejo y desgastado uniforme gris para realizar el mismo trabajo rutinario día tras día durante cuarenta años. Esta es una visión errónea del trabajo, que, lejos de permitir que se desarrollen todos los talentos de una persona, es capaz de generar desagradables sentimientos de frustración y de estancamiento. El trabajo, que es muy necesario para salir adelante y para crecer, no debe convertirse en una pesadilla de esta clase. 

Para evitar vivir en una pesadilla como la descrita en el párrafo anterior, algunas personas deciden emprender un negocio propio. La tragedia aparece, sin embargo, cuando descubren que ya no son esclavos de un gran corporativo que nunca apreció sus esfuerzos, sino de su propio negocio que, lejos de regalarles libertad financiera y de tiempo, les quita hasta las horas de descanso. 

Cuando una situación de ese tipo se presenta en la vida de un emprendedor, entonces el negocio que se abrió con la esperanza de gozar de otros aspectos de la vida, como la familia, el deporte o la lectura, no está funcionando de manera correcta. Sin embargo, esta no tiene que ser la realidad de todas las personas que deciden abrir un negocio propio. 

Los vertiginosos avances en el área de la tecnología indican que en la actualidad es posible tener un negocio propio que entregue dinero de forma regular sin que el dueño tenga que dedicar su vida entera a atenderlo. Las ventas por Internet muestran esto, al igual que otras soluciones empresariales innovadoras, como las máquinas vending. 

Los ingresos regulares que esta clase de proyectos de emprendedurismo pueden otorgar a sus dueños se traducen en la altamente deseada libertad de tiempo con la que sueñan los trabajadores de los grandes corporativos. Sin embargo, estas empresas también permiten que los dueños, en caso de desearlo, mantengan sus empleos regulares o que continúen con sus responsabilidades habituales sin que un negocio propio les impida hacerlo. En este sentido, estos negocios son capaces de aportar un valioso ingreso extra.  

Todo esto, en pocas palabras, significa que los emprendedores del siglo XXI, gracias a las muchas opciones que existen para generar dinero, pueden tener un negocio propio y suficiente tiempo libre para vivir. Ni un negocio propio ni un trabajo en un gran corporativo deben impedir que la persona tenga una vida balanceada y feliz. 

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