martes, 7 de febrero de 2017

Emprendedor, conócete a ti mismo y mejora



Así como existen distintas personas, podemos encontrar distintos liderazgos y maneras de pensar. Aun así, podemos condensar los mejores elementos de todos los perfiles y coincidir en las características que no deben faltar en un emprendedor, y al destacar en ellas estar más preparados para enfrentar los retos de sacar un negocio adelante: 
  
-Autoconfianza. Los emprendedores, tanto por personalidad como por su constante preparación, abordan los problemas de manera firme, persistiendo en la búsqueda de sus objetivos. 
 
-Seriedad. Es necesario creer totalmente en el negocio, los productos y los servicios que ofreces. De no ser así, con facilidad podemos distraernos con otras actividades o la motivación se acaba y dejamos todo caer. 
 
-Sentido de urgencia. Un emprendedor busca constantemente la actividad productiva, por lo que siempre está pensando sobre mejoramientos, nuevos planes y diversificaciones que puedan servir para mejorar el negocio, para conseguir resultados lo más pronto posible. 
 
-Conocimiento profundo. Sabe de las funciones en cada área y puede visualizar a detalle complejas operaciones para simular escenarios a futuro y tomar mejores decisiones. Se da tiempo para conocer a sus clientes para ofrecerles el mejor trato y servicio, directamente o a través de su equipo de trabajo. 
 
-Innovador. Para nivelar el terreno de juego, está constantemente probando nuevos modelos de trabajo, sistemas, programas, que le den la ventaja de negocios ante la competencia. 
 
-Realismo. Busca que las idealizaciones no dirijan el negocio; toma decisiones con datos verificados y pueden cambiar el rumbo del negocio con seguridad. 
 
-Imagen positiva. Personal y de todo el negocio, en cada situación debe crearse una impresión profesional y memorable en los prospectos y clientes cautivos, para invitar a que depositen su confianza en ti. 
 
-Resolución de problemas. Gracias a su capacidad de visualizar toda la operación del negocio puede detectar con más facilidad los problemas existentes y retos futuros; igualmente puede ofrecer propuestas para su resolución. 
 
-Planeación. El esfuerzo de planear en todas las áreas del negocio (ej: cuánto comprar el siguiente mes, proyecciones del siguiente año, etc) requiere analizar cada punto, investigar y registrar datos, para tener guías más claras que dirijan hacia donde queremos que el negocio vaya. 
 
-Administración inteligente del dinero. Referente a mantener el flujo de efectivo en niveles sanos, con registro claro de los ingresos por ventas y decisiones bien informadas sobre cada gasto que se necesita para operar. 
 
-Crea condiciones para las ventas. Con esfuerzo de equipo de marketing o directamente, los instrumentos de promoción y el área de ventas deben generar prospectos y cierres. 
 
-Desarrolla grandes equipos de trabajo. Incluyendo colaboradores y sus propios clientes, un emprendedor sabe armar redes de servicio y trabaja para hacer relaciones fuertes y dinámicas entre cada participante. Buenas alianzas de negocios, de servicios, con el gobierno local y la industria. 
 
-Es conocido como un experto. El crear una reputación como una persona capaz e informada, capaz de asesorar y resolver problemas, hará que te busquen, ayudando así a crear nuevas oportunidades de ventas. 
 
-Sabe desarrollar ventajas competitivas. En base al conocimiento del negocio, sabe detectar sus fortalezas y hacer con ello el esquema de trabajo y promoción que presenten al mercado los diferenciadores del producto, el por qué elegirlo en comparación con el resto. 
 
-Inversión en si mismos. Un verdadero emprendedor está en constante aprendizaje, leyendo reportes, libros, artículos, tomando cursos, diplomados y asistiendo a talleres que desarrollen y profundicen los conocimientos necesarios para mejorar el negocio. 
 
-Disponibilidad. Sea a través de presencia consistente real durante los días y horarios de servicio que hayas definido y publicado. La irregularidad ahuyenta a los prospectos. 
 
-Arma una reputación sólida. El elemento más tangible y mercadeable de tu negocio; es la constancia y los resultados que tus clientes esperan al hacer tratos contigo, que se propagará como confianza ante el ojo público. 
 
-Domina el arte de la negociación. Una habilidad imprescindible, donde se puede encontrar las situaciones en las que tanto el cliente como el negocio consiguen beneficios, presentados de forma clara. 
 
-Estabilidad emocional. Ya sea por medio de meditación o actividades deportivas durante la semana, busca desahogar todas las tensiones y pensamientos destructivos, para no afectar tus operaciones, 
 

-Organización y seguimiento. Cuida que todos los expedientes, operaciones y actividades lleven orden, lugar, responsables y fechas de conclusión, dándose el tiempo de revisar que las actividades se hayan hecho.  






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