Hablando desde la certeza, la “comodidad” y la aparente estabilidad que
un empleo fijo ofrece, otras personas podrían aconsejarnos olvidar la búsqueda
de independencia y libertad financiera.
Desde la óptica de la rutina diaria, confiados en el salario establecido
y en un perfil de puesto y funciones que nunca varían, para quienes nos rodean
emprender y tomar riesgos para obtener beneficios en el futuro puede sonar arriesgado
y descabellado.
Sin embargo, no hemos sido las primeras ni seremos las últimas personas
en tener esta inquietud y explorar la posibilidad de inventar y dar forma a un
conjunto de ingresos que no requieren que invirtamos de nuestro tiempo para
funcionar.
En el argot financiero, esos ingresos son denominados como ‘pasivos’
porque, para obtenerlos, no es necesario implementar esfuerzos o dedicar
tiempo. Justo por eso, quienes están acostumbrados a trabajar bajo el
intercambio de tiempo por dinero pensarán que se trata de un imposible.
Aunque parezca lo contrario, poner en marcha y hacer funcionar una
fuente de ingreso pasivo requiere una ardua labor, cuyo principal reto consiste
en la estrategia de administración del flujo de dinero de efectivo, para que
progresivamente, llegue el momento en el que sea autosuficiente.
Pensemos, por ejemplo, en la máquina expendedora de snacks y refrescos
de la sala de espera del piso de oficinas al que acudimos a una reunión con
alguien, o del centro comercial. Quienquiera que sea su propietario, sin duda
está obteniendo (grandes) ganancias por cada venta que la máquina realiza.
Para obtener esas ganancias, el propietario primero tuvo que invertir en
la compra, traslado y permisos de operación del equipo automático, es decir,
requirió un esfuerzo, que ahora le reditúa con cada venta que la expendedora
efectúa sin necesidad de que el esté presente en cada transacción.
No debemos demeritar las condiciones favorables en la que los empleados
fijos de los diversos sectores productivos se encuentran, aunque tampoco
podemos olvidar los efectos positivos de tener un negocio propio, por muy
pequeño o grande que sea.
Para hacer una comparativa clara, te presentamos las ventajas de tener
un negocio propio frente a ser empleado
- No puedes ser despedido de tu
propia empresa o negocio; de un empleo sí y nunca sabes cuándo.
- Aunque requiere esfuerzo e
inversión al principio, tu negocio puede convertirse con el tiempo en un
ingreso pasivo; un empleo siempre es un ingreso activo, es decir, un
intercambio tarea-dinero o tiempo-dinero
- Desarrollar tu propio negocio
es crear un patrimonio familiar heredable; el empleo no ofrece esta
posibilidad.
- Dedicarnos a la empresa propia
nos llena de motivación, reto y satisfacciones constantes; un empleo suele
ser monótono y rutinario.
- Cuando nos evaluamos con
métricas propias podemos detectar áreas de oportunidad y mejorar
rápidamente; en un empleo es difícil cambiar las cosas y corregir errores.
Una excelente opción para comenzar tu camino como emprendedor es iniciar un Negocio de Máquinas Vending. Conoce sus ventajas y cómo puedes hacer de ellas un negocio exitoso.
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