Casi en automático, cada mañana iniciamos nuestros días de manera
rutinaria, repitiendo procesos que dejamos de disfrutar. Desde pedirle los
clásicos 5 minutos más al despertador, para luego levantarnos, darnos una
ducha, vestirnos, desayunar -a veces no, por las prisas- y cuando nos damos
cuenta, ya estamos en nuestro lugar de trabajo. Los días se van convirtiendo en semanas, meses, hasta que se vuelven
años los que vivimos de forma monótona y sin variar.
Piensa: si pudieras, ¿Qué cambiarías de tu rutina diaria? ¿Por qué no
hacerlo una realidad? La clave es que te decidas a salir de tu zona de confort
y te arriesgues a buscar nuevas fuentes de ingresos económicos que te permitan
ganar dinero invirtiendo menos tiempo y esfuerzo.
Hacerlo te dará la garantía de que ningún día se parecerá al anterior,
ya que además de mantenerte ocupado, te dará el tiempo libre necesario para
llevar a cabo todas las actividades que siempre has querido hacer.
Aunque son muchas, a continuación te presentamos las ventajas más
importantes de ser tu propio ‘jefe’; es decir, de contar con una fuente de
ingresos controlada 100% por ti mismo:
Comodidad
Dedicarte a desarrollar y administrar fuentes de
ingreso bajo tu control, tu tiempo, vestimenta y plan de actividades del día no
dependen de nadie que no seas tú mismo. Gracias a la apertura y rapidez que
brinda el internet, podrías estar cerrando importantes tratos, haciendo labor
de convencimiento con un nuevo cliente o brindando asesorías de tu especialidad
desde la comodidad de tu casa, en pijamas o sin maquillar, por ejemplo.
No hay distancias
Una vez más, la red de internet es un importante aliado cuando se trata
de impulsar pequeños negocios y fuentes de ingreso nuevas. Trabajando desde
donde te encuentres, ya sea tu casa o tu lugar de actividades, evitas el
tiempo, esfuerzo y dinero que se invierte en los traslados, que suelen ser
prolongados y tediosos, sobretodo en las grandes ciudades.
Organización
libre
No tener horarios establecidos es una de las mayores
bondades de trabajar bajo tu propio mando. Al no tener que cumplir con horas-oficina,
eres libre para decidir en qué momento agendar una cita con el médico, reparar
el auto, atender compromisos familiares o salir de viaje. Si la inspiración
para desarrollar algún proyecto llega de madrugada, no tienes que esperar hasta
la mañana para asistir a trabajar. Tú decides cuándo y cuánto trabajas, y en la
medida que lo hagas serán las ganancias que recibas.
Libre de jefes
Poco o casi nada se compara con la autonomía y libertad que te brinda
trabajar por tu cuenta. La gente con la que te relacionas pasa de ser tu
superior a tus aliados, ya que se trata de los clientes que mantienen andando
tu negocio o proyecto. La diferencia en este caso es que tú decides con quién y
por cuánto tiempo trabajar, permitiéndote ser selectivo y exclusivo en tus
decisiones.
La mejor manera de romper con la rutina es empezar un negocio que sea tuyo, a tu manera. Emprende un Negocio de Máquinas Expendedoras y da el primer paso a convertirte en un empresario.
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