Las máquinas vending son un negocio rentable y seguro. Parten de un principio de necesidad básica que es obtener lo que necesitamos de manera fácil, rápida y práctica, y lo combinan con un modelo de negocio automatizado que requiere de poco mantenimiento.
Para empezar a disfrutar de las bondades de este esquema, primero hay que detectar el lugar donde se instalará la máquina o máquinas, buscando que sea en un lugar en el que el tráfico de personas sea elevado. Mientras más personas pasen frente a la expendedora, mayores son las probabilidades de que se detengan a comprar alguno de los productos que contiene.
Respecto a la oferta de venta, la variedad debe elegirse con base en el contexto que la rodea. Previamente, debe hacerse un sondeo del perfil de las personas que transitan por el lugar donde se encuentra, y detectar si en la periferia se encuentran instalados hospitales, plazas comerciales, escuelas u oficinas; esto es crucial en la elección del tipo de productos a surtir.
Cuando se ha colocado la máquina y se ha surtido de productos, sólo resta esperar a que el modelo funcione por sí mismo. Al iniciar operaciones se recomienda visitar la máquina cada 2 o 3 días para detectar cómo están fluyendo las ventas y si es necesario resurtir para que siempre se cuente con existencias. A medida que pasa el tiempo, te será más fácil identificar cómo se comportan las ventas y realizar estas visitas de resurtido en periodos menos frecuentes, semanales o quincenales, por ejemplo, de acuerdo con el comportamiento de tu negocio.
El mantenimiento
Muchos propietarios de las máquinas se maravillan por la relación esfuerzo-beneficios que ofrecen las máquinas, pero, a menudo, se olvidan de un pequeño gran detalle: el mantenimiento.
Como todo dispositivo de trabajo, las máquinas expendedoras necesitan atenderse con mantenimiento preventivo periódico para evitar averías o desperfectos, que sin remedio derivan en la necesidad de aplicar costoso e inoportuno mantenimiento correctivo.
El mantenimiento preventivo, como su nombre lo indica, previene las averías. A su vez, la prevención ayuda a ahorrar altos costos de reparación y pérdida de ventas durante el tiempo que la máquina no está operando. Aunque esto varía de acuerdo con las características de cada dispositivo, se recomienda realizar el mantenimiento de manera periódica cada 3 semanas, aplicando por lo menos acciones de limpieza, engrasado, y detección de piezas desgastadas o mal funciones.
El mantenimiento correctivo es necesario cuando la máquina no está funcionando correctamente. Cada una de sus piezas tiene un tiempo de vida útil, y cuando éste llega a su fin, simplemente dejan de operar, y en los peores casos, provoca que otras piezas sufran desperfectos. Si durante el mantenimiento preventivo no se detecta la necesidad de reemplazar piezas, esto habrá de hacerse invariablemente durante el mantenimiento correctivo; es eso, o sacar de operaciones a la máquina.
En ambos casos, el mantenimiento de una máquina vending es mínimo en cuanto al esfuerzo y costos que implica, y con prevención puede ser aún menos, todo depende de ti y del monitoreo de tu negocio.
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