La aparición del COVID-19, enfermedad
provocada por el SARS-CoV-2, ha cambiado radicalmente la forma en la que
vivimos. Siendo un virus totalmente nuevo para la comunidad médica y el gremio
científico, su propagación no ha podido detenerse, ya que aún no existe la
vacuna para contrarrestarlo, haciendo que la única manera de protegernos sea
mediante el uso de cubrebocas, mascarillas, guantes e implementando la
distancia social con otras personas.
En poco tiempo, el nuevo coronavirus se
expandió a nivel mundial convirtiéndose en una pandemia que nos obligó a todos
a adaptarnos para sobrevivir. Muchas personas comenzaron a realizar su trabajo
de desde casa, en la modalidad de home office, con el mismo ritmo al que los
hospitales se fueron saturando por la alta demanda de servicios de salud, y la
poca capacidad para cubrirla. Los negocios cerraron sus puertas, algunos por no
ser indispensables y otros por no poder mantener sus costos de operación,
debido precisamente a la poca afluencia de clientes que trajo como consecuencia
la pandemia.
Se trata de circunstancias sin precedente,
que nos exigen adaptarnos para sobrevivir y mantener buenas condiciones de
salud. Frente a este panorama, prácticamente todos los negocios han tenido que
replantear la forma en la que atienden a sus clientes, quienes pueden
implementan la dinámica de entrega de sus productos a domicilio, reduciendo sus
márgenes de ganancia apostando al poco volumen de demanda que queda.
Respecto al sector de los servicios, para
quienes forman parte de este gremio ha sido más complicado continuar operando,
pues han tenido que realizar inversiones no previstas en material de
sanitización de protección para sus empleados. En todos los casos,
emprendedores y empresarios consolidados están abriéndose camino, encontrando
oportunidades de crecimiento aún en medio de la crisis.
Estas oportunidades también están
surgiendo para quienes forman parte de la industria del vending, capitalizando
la versatilidad que tienen las expendedoras para ofrecer diversos productos, y
para atender con inmediatez la alta demanda de artículos de higiene y cuidado
personal que el Covid-19 ha exponenciado.
Dichos artículos tomaron una alta
relevancia en los consumidores cuando las autoridades sanitarias comunicaron la
importancia de lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, de sanitizar
las áreas de uso común y de utilizar cubre boca para acudir a realizar
actividades esenciales como trabajar o comprar víveres.
Jabones, geles antibacteriales, cubre bocas
desechables, guantes y alcohol en gel, pueden ser colocados fácilmente en una
máquina vending para que, así, estén a disposición de las personas justo cuando
los necesitan, en espacios como supermercados, hospitales y centros de trabajo
que por su naturaleza no detienen operaciones.
Colocar en esos lugares expendedoras
surtidas con artículos para la higiene ayuda a las personas a mantenerse
limpios y a salvo mientras están fuera de casa, al mismo tiempo que le da
continuidad al negocio del propietario de dichas máquinas.
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